jueves, 18 de abril de 2013

Egoístas por naturaleza.

  Después de leer el texto que nos propuso Rafa, llamado "Del egoísmo al altruismo, la elección de Green Arrow", mi mente se ha dividido en dos partes muy distintas: altruismo y egoísmo. Sin embargo, al reflexionar sobre este relato, estas dos partes que eran tan distintas para mi, han pasado a ser complementarias.

  Como he dicho que son complementarias, quiero dejar claro lo que significa eso para mi. Esto quiere decir que una siempre va acompańada de la otra, y en este caso el altruismo siempre va de la mano del egoísmo ya que cualquier comportamiento altruista implica egoísmo. Por ejemplo, en este pueblo distintas empresas y tiendas donan dinero para la compra de un vehículo para darsela a los servicios sociales, y en contrapartida dicho vehículo llevará la publicidad de cada una de las empresas y tiendas que han donado este dinero. El comportamiento altruista es la donación del dinero para la compra del vehículo para los servicios sociales y el comportamiento egoísta es que todos y cada uno de los donantes tienen publicidad gratuita en dicho vehículo y así hacer ellos más venta. Este es un claro ejemplo de que una se complementa con la otra.

  A partir de esta reflexión he escogido una pregunta que me ha dado más que pensar aún: ¿Existe un comportamiento genuinamente altruista?
  Un comportamiento genuinamente altruista es una acción que haces  o pretendes hacer sin recibir nada a cambio.

  La respuesta a esta pregunta desde mi punto de vista es que no existe ningún comportamiento genuinamente altruista, ya que somos egoístas por naturaleza, por lo que nuestros actos nunca son totalmente altruistas. Por ejemplo, en mi caso yo no sería capaz de regalar a nadie un móvil que me ha costado 200 euros sin recibir otro, aunque sea peor, a cambio.

  Antes este concepto se llevaba más a cabo, ya que había gente que daba todo lo que tenía a otra gente que pensaba que lo necesitaría más que él. Sin embargo, actualmente la gente ya no usa este concepto porque todos queremos tener más que nadie, somos avariciosos. La gente ya no se mueve por el espíritu de ayudar a los demás, sino por la satisfacción de uno mismo y la codicia por el dinero.

  Mi conclusión es que no hay comportamientos genuinos altruistas porque no creo que nadie sea capaz de dejar su egoísmo completamente de lado para ser plenamente altruista. 




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